Hoy día son muchos los propietarios de viviendas que se deciden a llevar a cabo por sí mismos dichos acabados. Es cierto que un estuco veneciano auténtico lo debe hacer siempre un profesional por la dificultad que conlleva; además, su acabado y su brillo son realmente inigualables. Pero hay técnicas y materiales con los que se pueden realizar falsos estucos que también quedan muy bien, y además, de manera muy sencilla.
Al día siguiente, se mezcla la base con agua hasta obtener la textura untuosa deseada (algunos productos vienen ya preparados), y se aplica sobre la pared con espátula ancha o llana de plástico. Es aquí donde hay que demostrar el arte y la pericia; procuraremos que las marcas de la llana no sean muy profundas, y que estén orientadas en distintas direcciones. Como la pasta tarda en secar, podemos suavizar el acabado pasando una brocha ancha y húmeda, y así dejar las crestas menos marcadas. Para terminar, una vez seca la base (a la que se habrán añadido pigmentos de color, si es el caso), hay que aplicar la cera o producto final que aportará brillo y protección a nuestro precioso falso estuco.
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